Una resurrección feroz para la franquicia
Muchos creíamos que después de múltiples secuelas irregulares, el universo Predator ya había perdido su magia.
Pero Predator: Badlands aparece de la nada para callar bocas: esta película recupera la esencia brutal, claustrofóbica y despiadada que convirtió al cazador alienígena en leyenda.
Ubicada en un desolado desierto postapocalíptico, la historia sigue a un grupo de sobrevivientes que se enfrentan a la amenaza más implacable que jamás hayan conocido. Y no, no están preparados.
Un guion sencillo pero efectivo
Lejos de complicarse con tramas rebuscadas, Predator: Badlands apuesta por una narrativa directa y contundente: supervivencia pura y dura.
Cada escena respira tensión, y el espectador siente el peligro acechando en cada sombra, en cada rincón árido del paisaje.
El guion además logra humanizar a los personajes, permitiendo que nos importe su destino. Algo que las últimas entregas de la franquicia habían olvidado.
Dirección brutal y atmósfera sofocante
La gran sorpresa de Badlands es su director, que entiende a la perfección lo que el público quiere ver: acción cruda, suspenso auténtico y una fotografía que convierte el desierto en un enemigo más.
La estética polvorienta y las escenas de caza —filmadas con una mezcla de cámara en mano y tomas abiertas espectaculares— transmiten una sensación de vulnerabilidad permanente.
Aquí no hay lugar para héroes invencibles: solo para la resistencia desesperada.
El Predator más aterrador en años
El diseño de la criatura ha sido actualizado de forma sutil pero impactante. Este nuevo Predator es más salvaje, más brutal, y muestra una ferocidad que no veíamos desde el clásico original de 1987.
Sus apariciones son medidas al milímetro: no es un monstruo sobreexpuesto, sino una presencia ominosa que domina la pantalla cada vez que aparece.
¿Predator: Badlands es perfecta?
No. Tiene algunos baches narrativos menores y un par de personajes secundarios que podrían haberse desarrollado más.
Pero seamos claros: Predator: Badlands no busca reinventar el cine; busca recordarnos cómo se siente una película de acción y terror que respeta a su monstruo… y lo consigue.
Con un ritmo implacable, escenas de acción memorables y un respeto absoluto por el mito, esta película se convierte en uno de los regresos más sólidos que podíamos imaginar para la franquicia.
Conclusión crítica
Predator: Badlands es la sacudida que la saga necesitaba: violenta, intensa y visualmente poderosa.
Un espectáculo que devuelve la dignidad a uno de los cazadores más icónicos del cine.
¿Te atreves a entrar al territorio del Predator?
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